Una fragancia femenina que combina la jugosa frescura del albaricoque con el poder calmante de la peonía y que se ve realzada por la madera de cedro y el almizcle. Una opulenta composición de matices y símbolos olfativos. 

Las elegantes dalias de formas majestuosas prosperan en los inviernos fríos y se consideran un símbolo de fuerza interior, ya que sus hojas y tallos desprenden notas agridulces. Las frambuesas, deliciosamente perfumadas, de color rojo intenso, con raíces delgadas y quebradizas y delicadas flores en forma de campana que florecen a principios de verano, personifican el despertar vibrante, alegre y espiritual. La romántica peonía, presagio de gran felicidad, florece sólo una semana antes de que sus exuberantes y redondeadas flores se cierren a finales de la primavera, cuando el cielo se oscurece. Su frágil belleza es estimulante y sensual.