Las serpenteantes calles empedradas fluyen sin solución de continuidad entre las viejas piedras de la época medieval, testigo de la historia de Barcelona. Plantas y flores caen desde diminutos balcones decorados compartiendo protagonismo con tiendas vintage, pastelerías, cafeterías, librerías de viejo, vinotecas... Un grupo de viejos amigos jugando a las cartas, jóvenes discutiendo al borde de las fuentes, turistas disfrutando de una copa de cava... esto es El Born, un ambiente único donde hasta la iglesia de Santa Maria de Mar, del siglo XIV, parece querer pasar desapercibida siendo una espectadora más del espectáculo.